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La historia de un sin techo, su perro y uno de los policías asesinados en Dallas

La historia de un sin techo, su perro y uno de los policías asesinados en Dallas

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

Tras cada atentado terrorista, tras cada asesinato sin sentido hay cientos de historias concretas, familias e individuos que se ven directamente golpeados por esas tragedias. Para ellos no es una noticia en el informativo, algo que quedará olvidado cuando pasen los días. A veces alguna e esas historias resuena de forma especial y deja de ser anónima para los demás. Es el caso de la historia del agente Lorne Ahrens, uno de los policías que murió por los disparos de un francotirador en Dallas. Muchos le lloran, muchos le recuerdan y le recordarán siempre incluyendo un hombre al que conoció en la calle, un sin techo que ha compartido su particular amistad con Meat, el mote de este policía.

Por lo que cuentan, Lorne Ahrens o Meat, como le llamaba, era un gran hombre en todos los sentidos. Gran corazón y gran afinidad con los animales: él tenía perro y, además, se ocupaba de los canes que podían necesitar su ayuda.

Queda claro al escuchar el emotivo relato que comparte Bill Connor, un hombre que vive en la calle junto a su pit bull, junto a Gracie. 

(Por si alguien necesita chuleta, incluimos una traducción resumida del vídeo a continuación.)

"No sabía como se llamaba el agente Ahrens, él me conocía a mí como Little Bill y yo a él como Meat.

El agente le compró comida a Bill y también le trajo comida a Gracie. Y se lo comentó a su mujer.

"Tenía mucho respeto por ese hombre. Por estar en la situación que estaba y preocuparse por cuidar de su perro.", explica la viuda de Ahrens.

El policía le dijo a Little Bill que si alguna vez necesitaba cualquier cosa para Gracie, cualquier cosa, no tenía más que decírselo a algún policía de Dallas. Que les dijera que Meat lo pagaría.

Y comprobó que no eran solo palabras: recientemente Little Bill tuvo problemas y acabó en la cárcel. A Gracie la llevaron a la perrera. Cuando salió de prisión fue a por ella pero le pedían más de 260 dólares -la perra había sido esterilizada- para poder sacarla. Obviamente él no tenía ese dinero así que llamó a la policía y dijo que quería hablar con el tipo grande, ese que llaman Meat... Y Meat no sólo pago el importe sino que le llevó en coche a por Gracie y se ocupó de que también tuviera chip y estuviera desparasitada. 

Le vieron por última vez el 6 de julio, el día antes de que un francotirador acabara con su vida. Había prometido traerle comida para Gracie pero no pudo, esta vez, cumplir su palabra. 

Pero el legado del agente Ahrens no ha terminado. Al emitir este reportaje y compartir este vídeo en redes sociales muchos se han interesado por Little Bill y Gracie: muchos han mostrado su voluntad por ayudar a ese hombre que vive en la calle con su perra.