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La historia con (casi) final feliz de un hombre, su perro y una buena samaritana

La historia con (casi) final feliz de un hombre, su perro y una buena samaritana

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

María Sánchez trata de ayudar a los animales que están en la perrera municipal de San Bernardino, California. Es un centro donde los canes son sacrificados con demasiada rapidez, un 'high kill shelter'. Por eso ella saca fotos y las publica en internet para intentar que sean adoptados. Lo hace todos los días.

El domingo pasado se topó con esta imagen. Un hombre acariciaba la pata de su perro a través de los barrotes del chenil. Le consolaba mientras él lloraba.

Sacó la foto.

María no sabía cómo se llamaba ese hombre pero se enteró, después, que había ido a la perrera para recuperar a su perro, Buzz Lightyear.

Al parecer,  le habían metido en la cárcel un par de días por unas multas de tráfico y por eso tuvo que dejar a su perro ahí. Cuando fue a buscarle le dijeron que tenía que pagar 400$ para poder retirar al perro. Él no tenía ese dinero... Y por eso, tras pasar un rato sentado junto a su can, se fue, sin dejar ni su nombre.

María reaccionó de inmediato: emprendió una campaña para localizar al dueño de Buzz y para ayudarle a recaudar el dinero que le permitiera reunirse con su perro.

Publicó la foto en su facebook y consiguió que se corriera la voz. La historia fue recogida por periódicos, medios online, incluso la TV: las donaciones anónimas empezaron a llegar y siguieron llegando...

Así pudieron dar con el dueño de Buzz: Dave Thomas.Y María le dio la buena noticia: habían reunido el dinero suficiente -¡y más!- para que pudiera, por fin, recoger a Buzz Lightyear.

Este es el momento en el que Dave y Buzz se reencontraron.

Una historia con final feliz. En teoría. Es lo que ha salido en prensa aquí y allá.

Lo malo es que no ha terminado ahí el asunto, hay un nuevo punto de giro en este guión, aderezado con dinero y desesperación.

Ha entrado en juego el importe de las donaciones...Por lo visto habían conseguido más de 2000 $.

Y también se supo que Dave no había ido a la cárcel por las multas de tráfico solamente, también le acusaban de tenencia ilícita de drogas.

Una vez pasada la euforia del reencuentro, la relación entre él y María empezó a desintegrarse a toda velocidad.

María -cuenta en su facebook- le explicó a Dave que de todo el dinero recibido ella se había quedado con unos 800 dólares, los que había invertido en pagar a la perrera y al veterinario (porque la política en San Bernardino es castrar a todos los perros que pasan por ahí) y en tratar de dar con él. Hablaron de cómo invertir el resto del dinero, si para ayudar a otros canes en la perrera o para pagar cualquier otra multa que tuviera Dave y evitar así que volviera a la cárcel.

Ella sólo dijo que no le daría el dinero en efectivo, dejando entrever que era para evitar que no lo utilizara para el bien del perro sino en su beneficio.

Pensó que estaban de acuerdo.

Se equivocó. Dave ha acusado públicamente a María de robarle, incluso amenazando con denunciarla. Este fue el mensaje que le envió ayer:

Ella ha anunciado que devolverá el resto del dinero a los que hicieron las donaciones o, en caso de que lo prefieran, lo utilizará para ayudar a otros animales en la perrera de San Bernardino.

Menos mal que siguen lloviéndole mensajes de apoyo...