Chico recuerda a Golfo, el can de La Dama y el Vagabundo, pero en grande... por eso mismo a mí siempre me ha parecido que era como un hermano grande de Colega, que es otro sosias de Golfo.
Pregunte a Elaine, su dueña, por la historia de Chico y, sin duda, merece la pena compartirla. Pensé que era adoptado, pero lo que no sabía es que este can ha nacido con estrella. Ha tenido mucha pero mucha suerte,igual que Solita, cuya historia os contamos hace poco.
Chico estaba solo, en un descampado y ahora... ahora vive junto a dos humanos que no se separan de él y que incluso ¡le han llevado a hacer el Camino de Santiago!
Esta es la historia de Chico:
"Lo encontramos hace 8 años cuando tenía unos 4 ó 5 meses. Estaba en un descampado cerca de Toledo donde construían unos chalés. Lo vimos un miércoles cuando fuimos a ver unos amigos y dijeron que llevaba unas semanas ahí. Dormía debajo de un arbusto, y como era el mes de diciembre, supongo que pasaba mucho frío. Tenía el rabo largo pero recogido porque me imagino que estaba triste ahí solo y sin comida ni agua. Nos ladro, o para llamar la atención, o para “proteger” su sitio de intrusos.
Fuimos a comer y luego al irnos, lo vi debajo de su arbusto. Me miró , lo miré y, le dije “buena suerte pequeñito”.
Pero ya sabemos lo que pasa: estas miradas que se intercambian... esta conexión que no se explica muy bien...
Total, con la intención de llevarle a un sitio de recogida ya que teníamos un perrito de la ONCE en formación, el domingo fuimos a por él. Ahí lo vimos, con cara triste, el rabo entre las piernas, husmeando a ver si encontraba algo.
Del miedo que tenía por no haber tenido mucho “contacto humano” digamos, tardamos más de 4 horas en cogerle. Al final caía la noche y tuvimos que tirarle una toalla encima porque si no, no no había forma.
Se meó encima del susto, pero al coche y para casa. De paso también vomitó en el coche – claro, para él una cosa tremenda sin saber ni siquiera lo que le esperaba.
Desorientado totalmente el pobre, le llevamos al baño, lo lavamos y luego desapareció. Lo encontramos acurrucado con Orfeo, como diciendo, ¡por lo menos uno de los míos, de él me puedo fiar!
A la mañana siguiente, unas caricias (sí que nos dejó) , un buen desayuno y luego al Retiro con su “compi”. Lo mas llamativo fue el rabo – ya arriba como una bandera alzada, como diciendo “Miradme con mi nueva familia. ¿A que son majos?”
Podría seguir un buen rato: me destrozo el móvil, a veces buscaba cosas en la basura de la cocina y venía orgulloso de lo que había encontrado (claro para él era un manjar). No se fiaba de la gente, etc etc. Él y Orfeo inseparables, cuando se marchó Orfeo a la ONCE Chico estuvo muy deprimido.
Un sinfín de historias que todos tenemos de nuestros perritos rescatados de un destino horroroso.
Ahora tiene 8 años y, entre otras cosas, ha hecho dos veces El Camino de Santiago ¡con su nombre en el Certificado!
Donde vamos nosotros, también va Chico. Formamos una familia estupenda, nos queremos muchísimo y ¡nos alegramos un montón haber encontrado nuestro pequeño “vagabundo”!
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