Los perros también pueden tener, como los humanos, narcolepsia con o sin cataplexia. En el caso de los canes, los síntomas son periodos de somnolencia diurna excesivos, falta de energía, letargo y cataplejías. La cataplexia -normalmente asociada a la narcolepsia- es una una parálisis muscular repentina que no conlleva pérdida de la conciencia y que suele suceder en momentos de excitación: cuando un perro está jugando, corriendo o incluso comiendo. Los episodios pueden durar desde unos segundos a 30 minutos y lo normal es que terminen cuando se acaricia al can o se da unas palmadas al aire para que recobre la conciencia.
Mila es una perra juguetona y feliz pero, como veréis, si se pone demasiado nerviosa al jugar o al comer, entonces de pronto se colapsa y parece que se duerma: tiene narcolepsia y cataplexia.
Este síndrome es relativamente raro y no es ni doloroso ni mortal: no es una dolencia que vaya empeorando con la edad y con alguna medicación se puede reducir la frecuencia y la severidad de los episodios.
Si sospechas que tu can pueda tener narcolepsia y cataplexia, lo mejor es que lo consultes con tu veterinario para que pueda hacer las pruebas pertinentes.