HISTORIA
Soy una amante de los gatos, en especial de mi inseparable amigo Chester. Pero eso no quita que desde pequeña siempre haya querido compartir mi vida también con un perro.
Conocí a Elba a través de internet. Una protectora cercana compartió su foto cuando la encontraron abandonada junto a sus seis hermanitos.
Tras contactar con ellos y pensarlo muy bien, mi pareja y yo decidimos adoptarla.
Tenía apenas dos meses cuando llegó. Desde ese momento supimos que le daríamos todo lo que la persona que la abandonó le quiso negar: amor, cariño, caricias, alimento, cuidados, juguetes y más juguetes...
Y entonces enfermó. Solo llevaba unas horas con nosotros cuando tuvimos que llevarla al veterinario. Tuvo que quedarse ingresada tras diagnosticarle parvovirosis.
Apenas sin conocerla la quisimos aún más. La visitamos, nos preocupamos de que no le faltara de nada... y mientras la persona que la abandonó se sentiría aliviada por no tener esa gran molestia en casa.
Tras pasar varios días ingresada comenzó a mejorar y por fin pudo empezar su vida en su nuevo hogar.
Ahora es una perrita feliz, juguetona y llena de energía como buena cachorra. Juntas disfrutamos cada día de largos paseos por el parque, la playa o la ciudad.
