Kate, la Gran Danés, tenía ya una cierta edad cuando Pippin, la cierva, fue abandonada por su madre. Pero esta improbable pareja eligió pasárselo en grande una al lado de la otra. Se conocieron cuando Pip era chiquita y pronto se hicieron inseparables.
Pip, ya lo véis, era minúscula al lado de la bella Kate... De hecho, trataba de mamar, como si Kate fuera su madre.
Pero algo surgió entre ellas, amistad o amor por sentirse algo así como madre e hija... Es verdaderamente tierno ver cómo Kate adoptó a la cierva. Y sobre todo es genial verlas jugar... ¡qué felicidad transmiten!
Pippin volvió al bosque muy pronto -con dos semanas, ella misma eligió seguir su naturaleza salvaje y dejar a los que la habían rescatado- pero no se quedó allí del todo, volvía cada día a visitar a Kate.
Kate murió hace unos años pero su historia permanece y seguirá haciendo sonreír a muchos: han editado varios libros de esta divina pareja. Y, además, esa amistad tan fabulosa es también una manera de concienciar a los niños sobre el bienestar animal.
El labrador y la carpa (uno de nuestros favoritos)
El orangután y el perro: la historia de Surya y Roscoe
El perro que quería jugar con el pingüino.
Perros y gatos, una amistad constante pese a la fama :-)
El perro y el cangrejo
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El perro y el cerdito & el perro y el loro
El chihuahua y el cachorro de tigre.