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El estilo de crianza canina predice los patrones de comportamiento y cognición de un perro

El estilo de crianza canina predice los patrones de comportamiento y cognición de un perro

Última actualización del articulo el día 11/10/2022

La relación humano-perro es ya un área importante de estudio pero es menos frecuente que se investigue cómo la calidad de esa relación puede influir en el desempeño de un perro en tareas cognitivas o de comportamiento.

En este estudio de la Universidad Estatal de Oregón han querido analizar si las expectativas y los patrones de respuesta hacia un perro (estilo de crianza) podrían predecir el comportamiento social y de resolución de problemas del perro.

Y han comprobado quelos canes de personas que tienen altas expectativas y son muy receptivas a su comportamiento y necesidades resultan ser son más sociables, más seguros cuando no están junto a su familia y solucionan mejor los problemas.

"Descubrimos que el estilo de crianza de los animales de compañía predice los patrones de comportamiento y cognición del can", explica Monique Udell, experta en comportamiento canino y una de las autoras del estudio.

"Este es un hallazgo importante porque sugiere que los dueños de perros que se toman el tiempo para comprender y satisfacer las necesidades de sus perros tienen más probabilidades de terminar con perros seguros y resilientes".

En muchos sentidos, la investigación sobre las relaciones entre humanos y perros es paralela a la investigación de la psicología humana, explica Lauren Brubaker, la otra profesora responsable del estudio. El comportamiento de los padres se considera un factor importante en el desarrollo de un niño y se ha descubierto que influye en muchas cosas, incluida la salud mental, el éxito intelectual, la cognición social, el apego y el desempeño laboral, agrega.

Para el estudio, Udell y Brubaker reclutaron a 48 dueños de perros y les preguntaron sobre su estilo de crianza, su estilo de educación canina. Utilizando los datos de esa encuesta, los dueños de perros se dividieron en tres categorías, que son similares a las utilizadas en la investigación sobre la crianza de los hijos humanos: Conocedor (altas expectativas, alta capacidad de respuesta), autoritario (altas expectativas, poca capacidad de respuesta) y permisivo (bajas expectativas, poca capacidad de respuesta). 

Entonces, sus perros fueron al Laboratorio de Interacción Humano-Animal de Udell, donde participaron en tres pruebas de comportamiento.

La primera prueba evaluó el apego de los perros a su humano. Primero, la persona y el perro estaban en la misma habitación, y el humano interactuaba con el perro cuando se acercaba. Luego, la persona salió de la habitación y finalmente regresó, reuniéndose con el can.

La segunda probó la sociabilidad del can teniendo a su persona y a un desconocido en el mismo cuarto y estudiando las interacciones.

La tercera prueba involucró al perro tratando de obtener un premio de un rompecabezas con diferentes niveles de ayuda de su humano.

¿Qué comprobaron las investigadoras?

Pues que los perros cuyas personas son del tipo "conocedor" tenían más probabilidades de tener estilos de apego seguro, eran muy sensibles a las señales sociales, mostraban una preferencia de búsqueda de proximidad hacia su humano en comparación con una persona desconocida y eran más persistentes e independientes en la tarea del rompecabezas. Es más, solo los perros de este grupo resolvieron con éxito la tarea del rompecabezas.

Los perros con dueños autoritarios tenían más probabilidades de tener un vínculo inseguro con su cuidador principal en comparación con los perros del grupo anterior. Estos perros también pasaron más tiempo buscando la proximidad de su persona en comparación con la persona desconocida en la prueba de sociabilidad.

Los perros cuyo cuidador es del tipo permisivo siguieron las señales sociales de la persona desconocida, pero no de su humano. Pasaron un tiempo comparable en proximidad de su persona, independientemente de si estaba atenta a ellos o no. Estos perros también fueron menos persistentes en la tarea solvente en la condición humana neutral.

Si a estos resultados les sumamos que estudios previos han demostrado una relación positiva entre el uso de castigos y la prevalencia y severidad de los problemas de comportamiento de los perros, parece evidente que para tener perros equilbrados, capaces de resolver problemas por sí solos, lo mejor es practicar un tipo de educación canina que tiene en cuenta las necesidades del perro.

 

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